No pocas veces, la vida esconde sus regalos detrás de sitios (casi) insospechados. En gente (casi) imprevista. Y digo casi, porque en el caso de la gente, vale el clásico dicho de que los ojos son el espejo del alma. El brillo de los ojos siempre nos delata.

Alba y Juanpe, amor y… ¿frialdad?

Cada día me gusta más eso de que sean los propios protagonistas y sus seres queridos quienes nos cuenten la historia. Y adoro los regalos que da la vida, regalos como Alba y Juanpe para cualquiera que tenga la potra de tenerlos cerca.

Disfrutad.

 

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