Es una sensación extraña tener que definir a una pareja no por lo que son, sino por lo que reflejan en los demás, en cómo crean su entorno y en cómo viven lo que han vivido. Sí, lo sé: al final todos somos un poco eso, espejos de la vida que nos rodea y que co-creamos con nuestros seres queridos…
…Pero no, no es eso: es que para entender a Marta y Ángel hay que entender a sus madres y el mar de emociones que ambas tienen a flor de piel, a sus silentes padres y los sacrificios que llevan en la cara, a sus chispeantes y descarados amigos, a… Hay que conocer su trayectoria, sus viajes, el aliento que ponen a los objetos de su vida, el cruce de culturas, momentos, gentes, decisiones y saltos con los que están moldeando su historia.
Con ellos, más que nunca, he sentido las limitaciones de la fotografía para contar una boda y su contexto, el cómo y porqué hemos llegado hoy, aquí. El vértigo de no poder explicar que lo que tiene Marta en la mirada no es melancolía, sino un amor gigante, inabarcable e inexplicable por todo lo que y los que la rodean. Y Ángel la acompaña desde el silencio cómplice, sin dar muchas explicaciones, dejando que su serena presencia hable por él.
Y ambos se respiran sin hablar. In my life, I love you more.
Disfrutad.
P.D. No te olvides de echar un vistazo al vídeo de esta boda.
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Se pueden hacer fotos o se pueden contar historias.. y Luis es un contador de historias..
Ningún otro habría sido capaz de representar nuestra boda con tanto cariño, y belleza..
Tiene la capacidad de escuchar, observar y trasmitir sentimientos a través de sus imágenes..y eso pocos son capaces de hacerlo.
Llegaste en silencio, y te vas dando la nota!!..gracias, gracias y mil veces gracias…
Ay, mi querida Marta: creo que nunca sabrás realmente cuán profundo me ha llegado y lo mucho que estoy disfrutando vuestra historia… Ahora, ¡a por el vídeo! Un beso gigantesco, Marta.