[ Celebración en El Cigarral de Cembranos. León. ]
León siempre fue una ciudad especial para mí. Me enamoró en el año 2000, cuando conocí sus piedras como peregrino del Camino de Santiago. Para el peregrino, León ofrece la peor entrada de todas las ciudades del Camino (esa recta industrial es demoledora), y el más sublime de los regalos: su catedral. Allí lloré con la Virgen de la Esperanza, patrona de las matronas (y valga el juego de palabras), la misma que me “trajo” a mi actual esposa tras varias peticiones y poesías dedicadas. León acogió el inicio de mi historia de amor con Ana y allí he disparado un buen puñado de bodas inolvidables.
León ofrece pocas opciones a los novios, siendo quizás la combinación preferida la de la catedral de León con El Cigarral de Cembranos. Irónicamente, ambos tienen algo en común: unas luces absolutamente locas. En la catedral, los focos del retablo contradicen a las legendarias vidrieras y no digamos ya la brutal entrada a contraluz de la novia… Por su parte, El Cigarral “tortura” al fotógrafo con un cañón de luz brutal en los hitos de la velada y luces histéricas de mil colores durante la fiesta. Para mí, un reto técnico extremo y maravilloso donde el arte de la fotografía de bodas SIN FLASH alcanza su máxima expresión. Pasen y vean.
Y en ese contexto exacto ocurrió la boda de Sara y Jorge. Con la maravillosa aportación de mis queridísimos Oscar y Silvia (chicas, no lo dudéis: la peluquería en León es Oscar March) y de unos invitados que lo dieron todo durante la fiesta para mayor gloria fotográfica del que os escribe. La escena de las chicas bailando “el Taxi” no tuvo precio… Y así se escribe nuestras vidas, queridos amigos: Sara, la bellísima novia que se esconde tras una timidez galopante, lo da todo ante decenas de personas en su boda. Jorge, que parece un personaje sacado de un libro de aventuras inglés, en realidad es así: con actitud y auténtico. No es pose, es de verdad. Ya ves: un mundo loco y al revés. Mis cámaras echan humo con tanta locura lumínica y desenfreno emocional. Impagable. Se me hizo corta. Quiero más.
Voy a meter un tema de fondo cañero y molón que le pega como anillo al dedo al estilo de una boda tradicional, elegante y venida arriba como ésta. Y que creo que le cae mejor que “el Taxi”, dicho ésto desde el mayor de los respetos al tema más canalla del año, claro está. Si ellos lo flipan con las luces, yo la lío con la música. Ya ves.
Disfrutad.
Not Found.
We couldn't find what you were looking for.
Check out Our Home Page